Se creó una carta que encajaba perfectamente en la estética del local, una portada fotográfica que dejaba ver el tipo de comida que ahí se sirve. Tenía un formato plegado en tríptico, que facilita el manejo para el cliente. Con un acabado plastificado en brillo que evita que pueda mojarse o ensuciarse, de esta forma se convierte en una carta resistente al uso, agradable al tacto y atractiva a la vista.
Es fácil limpiarla, con un paño húmedo, la carta recupera la presencia y sigue estando como nueva.